Imagenes del camino...

viernes, 6 de marzo de 2009

Un secreto que no duró para toda la vida

Sumando y restando años me doy cuenta que pasé más de la mitad de mi vida guardando un gran secreto. Un secreto que a sus inicios era secreto incluso para mi. Un secreto que fue madurando y tomando forma lentamente en el tiempo... pero a una velocidad tan sublime que se fue haciendo parte de mi vida de manera tan cotidiana que era imposible desenmascararlo.
Y quizás por rebeldía o por ahogo, llegó un día en el que el secreto tomó vida propia y ya no se llenaba con solo alimentarse de fantasías e ilusiones.
Y pasó de ser unos lentes oscuros a un puñal clavado en el pecho que me obligó a cuestionar infinitas veces a quién realmente obedecían mis exigencias en la vida. Si mis gustos, mis retos, mis sueños trazados con tanto control me pertenecían o respondían a una pintura al oleo dibujada por quienes únicamente sabían concebir la vida de una sola manera.

Y fue así como permitió que mi corazón fuera robado por la tentación y la posibilidad de ser libre, y ese secreto decidió que era hora de conocer el mundo sin intermediarios, sin vendas en los ojos, sin excusas y sin explicaciones.
Y después de tantos años se lanzó al agua.... y salió de ese closet que ya se había quedado pequeño de tantos recuerdos y esperanzas añejas.

Hoy, después de dos años de vivir de la mano con mi secreto más público, me doy cuenta cómo he desarrollado un gran rechazo por los pequeños nuevos secretos que van apareciendo de manera eventual. Me doy cuenta como mi cuerpo ya no los tolera y los tose con fuerza, desarmando mis esquemas y creando un caos difícil de ocultar.

Es por eso que hoy decido dedicar mi blog abandonado a ese secreto que fue mi aliento por tanto tiempo, que creció y se desarrolló y cambió mi vida para siempre. Que me abandonó para darme el chance de tener vida propia y que en su salida triunfal le cerró la entrada a futuros secretos que quisieran colarse e instalarse en ese vacío que dejó.

La verdad a veces puede ser dura, pero el secreto aplasta en su camino las posibilidades de fugarnos y nos condena a esa verdad silenciosa que nos consume lentamente sin pasar por GO ni cobrar los 200Bs.

Que rico es sentir que mi vida es solo mía y no le pertenece a nadie más. Y que rico es poder decidir vivirla y compartirla a mi propio gusto y dejarme acompañar por aquellos que se sienten tan enfocados y a la vez tan perdidos como yo.

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